Naturaleza salvaje, playas increíbles y la calidez de un país que empieza a abrir sus puertas
Cuando uno piensa en un viaje por Europa, rara vez Albania aparece entre los primeros destinos. Y sin embargo, este pequeño país balcánico guarda algunos de los paisajes más sorprendentes, la gente más amable y una autenticidad que cuesta encontrar en otras zonas del continente. Ideal para quienes buscan algo diferente, sin masificaciones, y con una mezcla irresistible de mar, montaña, historia y sabor local.
🏞️ Día 1: Tirana y Krujë – historia y color
Tu viaje comienza en Tirana, una capital vibrante, caótica y tremendamente viva. Pasea por la Plaza Skanderbeg, visita la peculiar Pirámide de Enver Hoxha y sumérgete en los mercados callejeros. No te pierdas el Bunk’Art, un museo subterráneo que te muestra el pasado comunista del país desde dentro de un antiguo búnker.
Por la tarde, puedes hacer una escapada a Krujë, un precioso pueblo de montaña con bazares tradicionales y vistas espectaculares. Aquí nació el héroe nacional Skanderbeg y podrás visitar su castillo y museo.
Comida recomendada: Prueba el tavë kosi, un guiso de cordero con yogur al horno, típico de la zona.
🏖️ Día 2: La Riviera albanesa – playas de postal
Dirígete hacia el sur y prepárate para uno de los tramos costeros más bonitos de Europa: la Riviera albanesa. Pueblos como Himarë, Dhermi o Qeparo son joyas entre montañas y aguas turquesa. Puedes conducir por la carretera de Llogara Pass, con curvas impresionantes y miradores que te dejarán sin aliento.
¿Una playa casi secreta? Gjipe Beach, solo accesible caminando o en barco. Te parecerá estar en una isla desierta.
Consejo: Quédate al menos una noche en alguno de estos pueblos, despiértate con vistas al mar y desayuna byrek con queso fresco.
⛰️ Día 3: Gjirokastër – la ciudad de piedra
Sigue tu ruta hacia el interior hasta llegar a Gjirokastër, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta ciudad, completamente empedrada, parece detenida en el tiempo. Casas otomanas, callejones en cuesta y uno de los castillos más espectaculares del país.
Puedes visitar la casa natal de Ismail Kadaré, el escritor más reconocido de Albania, y aprender más sobre la historia reciente en su museo etnográfico.
Imprescindible: Sube al castillo al atardecer. Las vistas del valle del Drin y las montañas son de otro mundo.
🌿 Día 4: Blue Eye y Berat – naturaleza y cultura
En el camino hacia el centro del país, detente en el Blue Eye (Syri i Kaltër), un manantial de aguas azules tan profundas como misteriosas. Es un lugar mágico para una parada corta y refrescante.
Más tarde, llegarás a Berat, otra joya del país declarada Patrimonio de la Humanidad. Conocida como «la ciudad de las mil ventanas», es un lugar perfecto para pasear sin rumbo y empaparte de su ambiente. Los barrios de Mangalem y Gorica, a ambos lados del río, están llenos de casas blancas tradicionales, terrazas con encanto y vistas de postal.
🍷 Extra: Raki, mercados y la amabilidad albanesa
Una de las experiencias más bonitas de viajar por Albania es la hospitalidad de su gente. Muchos te ofrecerán un vaso de raki casero (aguardiente fuerte) como bienvenida. En los mercados locales encontrarás frutas, quesos y aceitunas increíbles a precios ridículos.
🧗 Extra: Valle de Theth y los Alpes albaneses – para los más aventureros
Si tienes un día (o dos) más y te apasiona la naturaleza en estado puro, el Valle de Theth en los Alpes albaneses es una experiencia inolvidable. Accesible desde Shkodër por un camino de montaña que ya de por sí es una aventura, este remoto valle te ofrece paisajes espectaculares, pueblos de piedra y rutas de senderismo como la que va de Theth a Valbonë, considerada una de las más bonitas de los Balcanes.
Aquí todo es tranquilidad, autenticidad y naturaleza. Dormirás en casas de huéspedes tradicionales, comerás comida casera como si te conocieran de toda la vida y verás estrellas como hace años que no ves.
Ideal para: desconectar del mundo, hacer trekking, y conocer el lado más salvaje de Albania.