Colores, leyendas y hospitalidad en Asia Central
Pocas experiencias viajeras son tan transformadoras como recorrer Uzbekistán. Este país en el corazón de Asia Central fue uno de los pilares de la mítica Ruta de la Seda, y lo que ofrece hoy es un mosaico de ciudades azules, mercados vibrantes y una hospitalidad que desarma. Si te apasionan los destinos que combinan historia, cultura y exotismo sin agobios turísticos, Uzbekistán debería estar ya en tu lista.
Día 1: Samarcanda, el esplendor intacto
Pocas ciudades evocan tanto misterio como Samarcanda. Visitar la Plaza Registán, con sus tres madrasas cubiertas de azulejos turquesas, es una de esas experiencias que te dejan en silencio. Pasea por el Bazar Siab, prueba el pan típico cocido en horno de barro y acércate al impresionante Mausoleo de Tamerlán. Samarcanda es poesía convertida en ciudad.
Día 2: Bujará, historia viva entre callejones
En tren o en coche, dirígete a Bujará, quizás la ciudad más encantadora del país. Aquí el tiempo parece haberse detenido. Pasea por su laberinto de calles, visita la Fortaleza del Arca, el minarete Kalon y tómate un té en una de las teterías junto a las piscinas centenarias de Lyabi-Hauz. Al atardecer, las luces doradas sobre los muros de adobe crean una atmósfera mágica.
Día 3: Jiva, la ciudad museo
Jiva es una joya encerrada en murallas. Su centro histórico, Itchan Kala, está declarado Patrimonio de la Humanidad y caminar por sus calles de adobe es como retroceder siglos. Sube a la muralla al amanecer o al anochecer para una vista inolvidable de minaretes y cúpulas. Es un lugar tranquilo, perfecto para desconectar y sentirte como un viajero de otra época.
Día 4: Safari en el desierto de Kyzylkum
Entre Bujará y Jiva se extiende el vasto desierto de Kyzylkum. Puedes hacer una parada para vivir una noche en una yurta tradicional, el hogar nómada de Asia Central. Muchas de estas experiencias incluyen cenas bajo las estrellas, música tradicional en directo y paseos en camello al amanecer. Dormir entre dunas y sentir el silencio absoluto del desierto es algo que no se olvida.
Consejo: Busca campamentos cerca de Nurata o Yangikazgan, donde la experiencia es más auténtica y menos turística.
Día 5: Las montañas de Chimgan y Charvak
Desde Tashkent, puedes hacer una escapada a la zona montañosa de Chimgan y el embalse de Charvak, al noreste. Ideal para los amantes del senderismo, el aire fresco y la naturaleza. En invierno incluso se puede esquiar, y en verano el paisaje verde es perfecto para hacer picnic o bañarte en el lago.
Tip: Puedes ir en coche o en excursión de un día desde la capital. Lleva calzado cómodo, hay rutas de trekking para todos los niveles.
Día 6: Valle de Ferganá, la cuna de la seda uzbeka
Si te apasiona el arte y la artesanía, el Valle de Ferganá es un tesoro escondido. Visita talleres de seda tradicionales en Marguilán, alfareros en Rishtan y mercados vibrantes en Kokand. Esta región es conocida por su autenticidad y la hospitalidad rural. Aquí verás otro ritmo de vida, más pausado y profundamente conectado con la tierra.
Cómo llegar: Hay trenes y vuelos internos desde Tashkent o Samarcanda.
Día 7: Tashkent, una capital que sorprende
Aunque muchos la pasan por alto, Tashkent merece tu tiempo. Es moderna, limpia y con una vida local interesante. Pasea por el mercado Chorsu, visita el Museo de Artes Aplicadas y súbete a su metro soviético, una joya visual con estaciones decoradas como palacios subterráneos.
Al atardecer, acércate a la Plaza Amir Timur y cena en uno de los restaurantes modernos que sirven cocina uzbeka fusión. Es la forma ideal de despedirte del país, entre lo tradicional y lo contemporáneo.
✈️ Consejos para el viajero
- No necesitas visado si eres ciudadano de la UE (hasta 30 días).
- Uzbekistán es muy seguro y la gente local es increíblemente amable.
- Lleva ropa ligera, pero que cubra (especialmente en zonas religiosas).
- El tren de alta velocidad entre Tashkent, Samarcanda y Bujará es moderno y cómodo.